miércoles, 16 de noviembre de 2011

Crónicas de Willy Fogg (y III): el fin

En fin, después de experimentar 2 comidas en el congreso digo que ni de coña voy a ir a la cena. Así que nos vamos al pueblo y voy pensando si el italiano o el griego. El italiano está un poco vacío. El griego... pues resulta que está cerrado. Italiano, pues.

A pesar de haberme encaprichado con la lubina el otro día, viendo la carta detenidamente veo que tienen dorada con gambas. Mmm. Difícil elección. Mientras una corriente gélida me da en el brazo desde la rejilla del techo, decido que va a ser una de champiñones al horno con vino y la dorada. Mi rápida decisión siendo mujer asombra a mis acompañantes. Gilipollas.

Y mientras me siguen torturando con la ventilación forzada ceno. Una delicia. Mirando por la ventana no se ve ni perry, esa es la vida de Egmond aan zee sin verano ni veraneantes.

De vuelta en el hotel hago la maleta y al entrar al baño veo que hoy solo me han hecho la cama. Qué ganas de pirarme de esa mierda de hotel. Ya estoy soñando con escribir una crítica en el tripadvisor. Y entonces, los chinos empiezan otra vez a chillar. ¿Pero es que nacen con un puto altavoz en la garganta?

Me encasqueto los tapones para los oídos y hasta al día siguiente. Pero en uno de los movimientos en sueños me giro un poco más y eyyyyyy casi me caigo de la cama.

PD. Resultó que al final sí había internet en la habitación y no solo en la tele. Había que encontrar un cable escondido vete-a-saber-donde y conectarlo a tu ordenador. Con mi suerte, habría explotado el portátil y parte del hotel con él.

4 comentarios:

  1. Madre mía!! Que envidia de congreso! Espero que al menos hayan sido fructíferas las charlas, porque si no menudo invento!

    Puedes sugerir el pueblo para retiros budistas, que creo que es justo el ambiente que buscan.

    Por cierto! Si te aventuras a poner una multinacional con eso de las adopciones y el Lekker comentamelo, y me encargo de la sede de Frankfurt :P

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  2. Así de sopetón me viene a la mente la plaza del Römmer (que por cierto, debéis tener ya el mercado de navidad, bébete unos cuantos Glühwein a mi salud) y una multitud de teutones agachándose para olerle el culo a un chucho mezcla de chihuahua con yorkshire xD

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  3. Eva, cómo me gusta leerte... sigue así!
    Y ahora firmo como algo que siempre deseé: "un admirador anónimo" Jeje!

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  4. Querido admirador anónimo (yo también quise decirlo alguna vez), me alegra muchísimo saber que alguien gusta de leer mis desventuras e idas de olla. ¡Muchas gracias por leerme!

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