sábado, 2 de abril de 2011

Men at work

Yo pensaba que lo de abrir las calles para hacer obras cada dos por tres era algo típico español (y en especial madrileño), pero se ve que es una moda internacional.

Desde hace un par de semanas tenemos la calle abierta de acera a acera. Y no solo eso, que además nos han abierto agujeros también en la acera. Como aquí la calle estaba hecha de adoquines una tarde llegué a casa y me encontré un excavadora arrancando los ladrillos del suelo para dejar la arena al aire.

Durante los primeros días el mega agujero en la mitad anterior de la calle sirvió para cambiar las tuberías (bueno, creo que fue eso lo que hicieron), y seguidamente echaron arena para que los vecinos pudieran salir del aparcamiento mientras repetían operación con la mitad posterior de la calle.
En esas estaban cuando vimos que la mitad de los vecinos tenían un agujero enfrente de sus puertas y que para salir de casa les habían puesto un trozo de esos como de plástico que parece un palet. ¡Qué putada!, pensé. Pues mira que el miércoles salgo de casa para ir a trabajar y me encuentro que nos están abriendo ese mismo agujero a la entrada de la calle.

En fin, que ya toooda la acera tiene un boquete y para poder salir primero hay que trepar por las cosas esas de plástico o goma, o lo que sea, para después ir a la arena. Que se me llenan los zapatos todos los días :(

A ver si cierran pronto, que me veo cayéndome al agujero una noche...

2 comentarios:

  1. Yo soy una paranoica, y cuando tengo que caminar encima de esas cosas (acá en la Ciudad de México siempre hay de eso en el centro histórico), me imagino que se rompe, me caigo y me lastimo la pierna. Loca

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  2. Memmis, ya somos dos. Siempre voy pensado esas cosas por la calle. Y si voy subiendo escaleras mecánicas pienso en que me tropezaré y me destrozaré las rodillas... Pensamientos felices...

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